Responsabilidad y Libertad
- Daniel García Peña
- 4 nov 2016
- 2 Min. de lectura

Ícaro y Dédalo
Después de que Teseo matase al Minotauro, el rey Minos encerró a Dédalo y a Ícaro en el laberinto. La única forma de escapar del laberinto era por el aire, ya que no tenía techo, por lo que Dédalo, construyó dos pares de alas con plumas y cera. Luego de decirle a Ícaro que no volase cerca del sol, para que la cera no se derritiese, ni demasiado cerca del mar, para que las plumas no se mojasen, ambos partieron volando. Pero ante la exultante libertad, Ícaro olvidó los consejos de su padre y voló tan alto que el sol derritió sus alas y se precipitó al océano, donde murió.
La historia nos muestra que incluso la libertad tiene un límite que está marcado por una frágil línea, la diferencia entre enfrentar nuestros temores y retarlos abiertamente, la libertad es uno del estado que busca el ser humano desde que creó el concepto, cuando uno de nosotros llega a ese estado de libertad debemos de presente que la libertad trae consigo una responsabilidad la responsabilidad de no perderla y la responsabilidad de no malgastarla.
Cuando uno logra superar la razón que lo llevo a terapia, se puede creer que jamar volverá a pasar por una situación parecida como se dice coloquialmente en México está “Curado de espanto”, pero no es así, si bien la terapia psicología re-descubre las habilidades que tenemos para hacerle frente a este tipo de situaciones no nos vuelve inmunes a volver a vivirlas e incluso si la situación es más impactante puede lograr desequilibrarnos emocionalmente otra vez.
La terapia no nos hace inmunes al sufrimiento, solo nos muestra las herramientas que cada uno posee para poder seguir adelante.
Saludos
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