Lo más difícil es soltar….
- Daniel Garcia
- 14 jul 2018
- 2 Min. de lectura

Empecemos con un cuento algo corto:
“Estas en un barco que está a punto de hundirse a causa de una avería, el barco se hunde lentamente y no hay forma posible de repararlo, pero hay una buena noticia, hay un salvavidas que flota cerca y una pequeña isla que se ve a unos escasos kilómetros, y lo único que te separa de la salvación es nadar”
Suena fácil, y la decisión obvia, la mayoría nos aventaríamos a nadar con tal de salvarnos, pero hay ocasiones en las que algunos deciden quedarse en el barco, aun sabiendo que este se hunde, ¿Por qué? Simple: el miedo a fallar y ahogarse. Ese barco puede ser cualquier cosa, relaciones de pareja, trabajos, hábitos o personas que nos impiden desarrollarnos como deseamos, el miedo a no encontrar algo igual y ahogarnos es lo que frena a muchos a iniciar con algo nuevo.
El miedo a quedarse desprotegidos es lo que frena a más de uno a ir por aquello que siempre ha deseado; tener miedo no es algo malo, pero el miedo al miedo en si es algo irracional y es dañino. Si lo pensamos con más calma, quedarnos en el barco que se hunde solo garantiza que terminaremos ahogados, pero si nos arriesgamos a nadar existe posibilidad de sobrevivir, incluso si no supiéramos nadar hay un salvavidas al que podemos recurrir; Siempre hay alternativas, pero una u otra cosa nos negamos a ver.
Este tipo de situaciones cómodas para la mayoría no representan ninguna amenaza, pero llega un momento en que la comodidad se acaba y no tenemos otra alternativa que aventarnos al cambio, puedes intentar enfrentarlo solo, o puedes usar el salvavidas que está cerca, podemos decir que ese salvavidas que al que podemos recurrir para mantenernos a flote es la Psicoterapia.
¿Qué es lo que pasara si nos aventamos? No lo sabemos, pero si nos quedamos en la situación actual tenemos la seguridad que no cambiara nada. Alternativas a lo que vivimos siempre las hay, la decisión de quedarnos o irnos es de cada uno de nosotros.
Tener miedo es natural, pero tenerle miedo al miedo ya no.
¿A que le temes?
Saludos
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